Aquí tenemos una habitación muy pequeña que debía convertirse en la habitación de un bebé...
Jugamos con los colores... las paredes se pintaron de un rosa palo en contraste con la pared de la ventana que pintamos en verde aceitunado y las vigas en rosa intenso.
También se cambió tanto la iluminación como el suelo.
Colocamos una tarima flotante en roble rústico con veta natural.
Tanto la puerta como la carpintería original de la habitación se lacó en blanco.
Como podéis observar los colores que hemos coordinado son la gama de los verdes, los rosas y el blanco.
La propietaria colocó unos sencillos muebles de Ikea en color blanco.
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